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Imaginación, sellos y juguetes

La 10ª Feria Internacional del Libro de Comodoro Rivadavia tiene al CIP como sede exclusiva de actividades para niños, niñas y adolescentes. En el espacio UPA, destinado a las infancias, hay tres proyectos para que los más chicos puedan dibujar, jugar y leer.

Durante la Feria del Libro del año pasado, se proyectó una fuerte apuesta a la participación de los más jóvenes, con propuestas modernas e innovadoras que atrajeran el interés de las nuevas generaciones.

Por este motivo, en esta 10ª edición, se designó al CIP (Centro de Información Pública) como sede exclusiva de actividades para niños, niñas y adolescentes. En el sector denominado Usina Joven, se realizan actividades para adolescentes y en la planta baja se encuentra el Campamento Literario y Espacio UPA, destinado a niños.

Hasta el 16 de julio se llevarán a cabo diferentes actividades para los más pequeños. En el Espacio UPA, los niños y niñas pueden dibujar, leer y jugar. Está compartido por tres proyectos: “Pequeña Valija Impresora”, “Alquimétricos” y “La Mirilla Producciones”. Estos tres proyectos son de Buenos Aires y PATAGONIA EN ESCENA dialogó con sus creadores para conocer sus propuestas.

Ana Inés Castelli nos contó que el proyecto de “Pequeña Valija Impresora” propone construir dibujos con formas geométricas, a través de sellos y tintas de colores.

“Siempre tenemos alguna consigna que funciona a modo de sugerencia o invitación, estos días estuvimos trabajando sobre el 9 de Julio. Los chicos hicieron banderas pero también hay animales, niños, niñas, juegos de la plaza. Inclusive hay dinosaurios. Es una plaza de la imaginación, ellos pueden dibujar lo que quieran”, comentó.

Ana señaló que siempre cambian la paleta de colores, para que los chicos jueguen con los diferentes sellos y colores. “Cuando vemos que hay un poco de curiosidad, no importa la edad, le damos una hojita y los invitamos a hacer sus dibujos. Es una propuesta para disfrutar en familia”, afirmó.

“Pequeña Valija Impresora” ha trabajado en diferentes lugares, como Tecnópolis, bibliotecas populares, en el CCK y la bibliomóvil en Buenos Aires. “La ‘Pequeña Valija Impresora’ es itinerante, no tenemos un espacio físico más allá de nuestros propios talleres. En el proyecto hay artistas visuales, docentes, diseñadoras e ilustradoras. Nos fuimos juntando por afinidad estética y afectiva y vamos llevando este proyecto a los diferentes espacios donde nos convocan”, explicó.

En el espacio UPA también se encuentra el proyecto “La Mirilla Producciones”, el cual está pensado en una lógica educativa y con recursos pedagógicos para poder incorporar a todo el que quiera asistir a los talleres. La propuesta de este proyecto, es que las infancias asistan al lugar para trabajar y manipular sellos y tintas según la consigna del día.

Sofía Carelli nos contó que “La Mirilla Producciones” cuenta con sellos que tienen letras y proponen que las infancias se expresen a través de palabras. Hay tiras largas de papel y los niños pueden expresarse con sellos, crayones y marcadores.

“La Mirilla” cuenta con un espacio fijo en Buenos Aires llamado “La casa de la estación”, ubicado en Berazategui. Este espacio está coordinado por Cecilia Maneiro. Es público y viaja a donde sean convocados.

“No proponemos un límite de edad, consideramos que no hay edad para poder intervenir. La propuesta trabaja la lectoescritura, porque trabajamos con letras para que puedan formar palabras”, argumentó.

“Pequeña Valija Impresora” y “La Mirilla” prepararon las banderolas que decoran las ventanas del espacio UPA.

Además de dibujar y escribir, los niños y las familias pueden armar juguetes y leer dentro de estructuras gigantes, realizadas por “Alquimétricos”. Fernando Daguanno, forma parte de “Alquimétricos” y contó que este es un proyecto socioeducativo que tiene 8 años de vida, desarrollado principalmente en Río de Janeiro, Brasil, hasta el inicio de la pandemia. En ese momento, Fernando volvió a Argentina, donde finalmente nació “Alquimétricos”.

“Nuestra propuesta es diseñar y divulgar contenidos educativos pensados desde el juego, desde la democratización del acceso a recursos de aprendizaje y de juego práctico, vinculado con la ciencia, la tecnología, el arte, las matemáticas, la ingeniería y la arquitectura”, detalló.

La propuesta de “Alquimétricos” es armar juguetes a través de módulos flexibles, que se unen con varillas. “Podemos crear una pequeña fábrica de juguetes a muy bajo costo con material reciclado. Trabajamos con tetrabrik, con cámaras de bicicletas pinchadas, con pelotas pinchadas, ojotas o goma eva”, resaltó.

A través de un folleto explicativo, se pueden armar los propios alquimétricos en casa. El logo del proyecto es un hexágono con pequeños orificios, que es el molde del producto. Este molde invita a que las personas fabriquen “sus alquimétricos” en diferentes materiales flexibles para poder jugar.

“Lo nuestro no es un producto patentado y restrictivo, sino que invitamos a la gente a construir su propia caja de herramientas, a valorizar la cultura del ‘hágalo usted mismo’. Un docente puede llevar esto a las aulas y trabajar las materias de una forma económica, divertida y práctica”, enfatizó Fernando.

“En América del Sur no tenemos acceso para darle a todas las familias juguetes para el aprendizaje práctico de las ciencias y la tecnología. Con esto acercamos una propuesta alternativa. Esto se puede copiar, viralizar, pedimos por favor: piratéennos”, sentenció, a modo humorístico.

En la página web de “Alquimétricos” se pueden encontrar diversos recursos educativos, validados por especialistas en pedagogía de la ciencia. “Alquimétricos” invita a todos a conocer la propuesta y realizar las actividades y moldes que se encuentran en la web.

Con este innovador proyecto, han viajado a diferentes países del mundo y han recibido premios internacionales. Actualmente, tiene una red de trabajo con diferentes personas en diversas provincias de Argentina.

“Alquimétricos” no solo estuvo a cargo de los domos gigantes para lectura en esta Feria del Libro de Comodoro Rivadavia, sino también de la decoración y del túnel que da entrada al espacio para infancias.

Por Gisela Obando (texto y fotos)

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