Hace 30 años volvía el cine a Comodoro
Con la proyección de la revolucionaria “Jurassic Park”, la pantalla grande recobraba vida un 4 de noviembre de 1993 en el Teatro Español. A tres décadas de ese glorioso retorno, se anuncia la reapertura de una histórica sala en zona norte.
Los cambios en la economía entre fines de los ‘80 y principios de los ‘90, provocaron un quiebre en todos los niveles y la industria del cine no estuvo ajena. En Comodoro Rivadavia, el histórico Cine Coliseo cerró sus puertas y la ciudad se quedó sin ninguna sala donde la comunidad pudiera disfrutar del séptimo arte.
Pero el 4 de noviembre de 1993, el emblemático Teatro Español se transformó en Cine Teatro Español de la mano de Gastón Ergas, quien actualmente es director y socio gerente de “Sudestada SRL”, concesionaria de los cines en Comodoro Rivadavia. Ese día, hace 30 años, la pantalla grande recuperaba su esplendor en la capital del petróleo.
En diálogo con el programa radial “La Tribuna” (Radio del Mar 98.7), Ergas evocó ese glorioso retorno, con un film que rompió estructuras, y recordó aquella época donde apostar por la industria cinematográfica era una locura.
“La vuelta del cine a Comodoro fue con ese megaestreno que cambió la historia del cine, que revolucionó la tecnología de la mano de Steven Spielberg, que fue ‘Jurassic Park’, la película de suspenso más interesante de la historia y con un revisionismo paleontológico que marcó un hito en la historia, y que tuvimos la posibilidad de estrenar en Comodoro después de tres o cuatro años sin cine”, rememoró.
“Había cerrado toda la cadena Coliseo y volvimos al Teatro Español a darle vida. Después hicimos lo propio con el Cine Coliseo de Trelew, que lo restauramos y lo hicimos funcionar en el año ‘95, porque era parte de una cadena en varios lugares de la Patagonia. Sin lugar a dudas, fue para sacarse el sombrero, en lo que tenía que ver con la exhibición de cine de empresarios nacionales y familiares que demostraron en una época, y antes de los ‘90, que el federalismo empresarial de unidades familiares, de empresarios argentinos, era posible”, aseguró.
RESISTIR CONTRA LAS MEGACADENAS
Las nuevas políticas trajeron otras maneras de consumir cine y ese fue el gran desafío. “Durante la época del menemismo arribaron esas megacadenas que tienen todo el conglomerado, el lobby con las empresas de producción de cine, los estudios, los medios de distribución y, obviamente, todo el paquete de bebidas gaseosas, golosinas, todo lo que vendría a ser el merchandising. A esa megaindustria, nosotros la desafiamos con una humilde sala en Comodoro”, resaltó.
“Después fuimos por Trelew. Lo tuvimos hasta el año 2005 y luego pusimos todas las fichas en Comodoro, donde reabrimos la sala del Coliseo en 2002. Fueron 30 años de afianzar dos salas que, en un determinado momento, eran centrales”, sostuvo, para remarcar la importancia de que “el Cine Teatro Español está cumpliendo 30 años como cine, pero en realidad es un edificio que fue declarado monumento histórico nacional en 2005, y que se inauguró en 1934”.
Hace tres décadas, Gastón Ergas tenía 24 años, volvía de cursar estudios en Buenos Aires y con un claro objetivo. “Venía con vocación de cine porque en ese momento estaba estudiando en La Plata. Después estudié cine en Buenos Aires, pero en ese momento, estaba estudiando en un taller, aparte de otra carrera que estaba haciendo en La Plata. Me cambió un poco la vida en ese momento, tuve que venirme a Comodoro y no podía creer que no hubiera cine, ya que cuando me fui el cine estaba funcionando”, reconoció.
“Entre la necesidad de laburar porque tenía que sacar una familia adelante, y esa vocación que me había despertado el hecho de participar de un taller de cine, de ver todo lo que había detrás de una película, de la producción, de la exhibición y demás, me puse a trabajar para poder hacer esta locura”, relató.
No era el mejor momento para tal desafío, por lo que su apuesta no fue bien recibida por sus más cercanos. “Algunos me recomendaron agarrar el pico y la pala, porque los cines estaban fundidos. ‘Ponete a trabajar’, me decían. Después del alfonsinismo estalló la industria por la crisis económica. Se venía una economía liberal, desembarcaron nuevas formas de exhibición y quebró la mayoría de los cines. Muchos de ellos se transformaron en supermercados o en iglesias”, recordó.
Pasó el tiempo, se reflotó la industria del cine, se reabrieron salas y las diferentes generaciones continuaron disfrutando la experiencia de ver los estrenos en pantalla grande, manteniendo ese romanticismo que genera el séptimo arte en épocas de plataformas de streaming. En ese marco, Ergas dejó un anuncio que refuerza este romance: “Estamos terminando de restaurar los baños y próximamente le vamos a devolver a la zona norte el cine teatro Deán Funes”.