“Garza Viajera”, un lugar de encuentros y sueños
La librería de Rada Tilly ofrece música y juegos, además de publicaciones únicas. Está destinada a los niños y a la familia, como un punto de reunión donde se comparte más que lectura. “Propiciamos que la gente se acerque a tomar un café, a sentarse en el sillón y a leer”, resaltó Marco Aurelio Vilches.
“Garza Viajera” forma parte de la 10ª Feria Internacional del Libro de Comodoro Rivadavia. Con PATAGONIA EN ESCENA nos acercamos hasta el stand 21 y charlamos con Marco Aurelio Vilches, quien nos contó de qué se trata esta librería tan particular.
– Marco, comentame cómo viene “Garza Viajera”, que ya está hace un tiempo pero hay gente que por ahí no la conoce.
Ya van a ser cuatro años que estamos en Chiriguano 355, en Rada Tilly. Es la segunda vez que estamos en la Feria del Libro. Está bueno dar a conocer el material que tenemos, hay muchas cosas que traemos particularmente de afuera, como las manivelas de caja de música popular. Algunas distribuidoras son de Lima, otras de Uruguay. Hay libritos que no van a estar en otro stand y eso está bueno porque, de alguna forma, nos socializamos. En la librería propiciamos que la gente se acerque a tomar un café, a sentarse en el sillón y a leer sin comprar.
– Es un lugar de encuentro, como una biblioteca.
Claro, de hecho, tenemos unas promociones para niños y niñas de 7 a 10 años, donde pagás un libro y leés tres. O sea, comprás un libro, te lo llevás, lo leés, venís, lo cambiás, te llevás otro, lo cambiás y el tercero ya te lo quedás. Con eso fomentamos la amplitud de lectura.
– Y eso está muy bueno, porque hay que recordar que es para niños.
Sí, y aparte es importante para la economía familiar. Ya sabemos lo de la inflación. Subieron mucho los costos de los libros y, más allá del ámbito comercial, queremos que la gente lea. Y creo que de esa forma, uno también tiende una mano. Uno no piensa que el libro se va a estropear.
– Hay que destacar también el tema de los formatos, porque hoy decimos que a los chicos les cuesta mucho leer, incluso a los grandes. La imagen y la conformación de un libro son muy importantes.
¡Claro! Fue como un repensar de todo el mercado editorial. La creciente ola de tecnología ya casi está naturalizada para algunas generaciones y el libro se tuvo que repensar. Antes, uno no tenía registro de quién dibujaba un libro. Ahora, el ilustrador pasó a tener tanto peso como el que escribe. Después se nota en la forma de encuadernado, en los colores, hay una cosa de la imagen que también está puesta en boga.

– ¿Cómo surge “Garza Viajera” y por qué el nombre?
“Garza Viajera” es por una gran canción del litoral (“Garzas viajeras”), de Aníbal Sampayo, gran cultor de la música del litoral. También la cantaron mucho tiempo Larralde, Zitarrosa. Mi papá también la silbaba mucho. La silba. Después, viajando hacia Esquel con un dúo cubano, la íbamos cantando y surgió el nombre.
– ¿Y por qué nace la librería? ¿Hay una necesidad propia?
La librería tiene horarios bastante complejos para lo económico, porque abrimos tres horas al día y, si uno lo piensa en términos de comercio, no rinde ni para liquidar, pero también era como una porfía amorosa nuestra. Hay un montón de libros que leemos y está bueno compartirlos.
– Eso es lo interesante, porque no solo ofrecen libros. También hay shows…
Sí, siempre tenemos las vereditas poéticas. Ahora se viene una que se llama “Teatro de papel”. Vamos armando una agendita de las veredas que se pone re buena.
– Está bueno porque se conforma una comunidad.
Sí. Yo creo que la librería tiene que ser eso, una usina de arte, de diálogo, de muchas expresiones artísticas en pos de la belleza, de mejorar la condición humana de cualquier niño, niña, de cualquier ser humano.
– ¿Con quién estás en la librería?
Con mi compañera de vida, Ana Clara Mozzoni, con quien diseñamos esto, con nuestros hijos, con Lucrecia Ojeda que nos da una mano en esto. Y después, una cadena impresionante de amigos, de la familia.
– Y no termina, porque esto se sigue reinventando.
Sí, porque aparte pasan cosas rarísimas. Ahora nos escribieron de Cipolletti, porque ellos quieren abrir una librería que se llame “Garza Viajera”, por si tenemos una franquicia, y nunca se nos ocurrió algo así. Va por otro lado. Van apareciendo cosas que son aprendizajes para nosotros.
– Aparte, te da un orgullo y una felicidad extra.
Sí, porque primero y principal, nosotros nos leemos todos los libros, por gusto y porque necesitamos recomendar. Me parece necesario, porque si uno le pifia a la recomendación librera para un niño que recién empieza a leer, después cuesta remarla. Entonces, hay que ser claro en lo que uno les va a compartir, ser lo más amplio posible. Eso genera que mucha gente vaya a la librería, y que nos llamen de otro lado para armar una librería, tiene que ver con el laburo que hacemos. Nosotros lo vemos como una naturaleza de la familia.
Por Lorenzo Martins
Foto de portada: Aylén Martins