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Se viene una noche de jazz de alto nivel en Collage

El Trío Roldán-Chávez-Novoa llega a Comodoro desde Puerto Madryn para presentarse este sábado. Hablamos con Guillermo Roldán, bajista con amplio recorrido, oriundo de Capital Federal y fundador de este proyecto patagónico. “Hay que romper el mito de que el jazz es solo música para entendidos. Es como si para ir a comer una milanesa tendría que ir con Francis Mallmann”, compara.

Este sábado, el Trío Roldán-Chávez-Novoa se presentará en el espacio Collage (Belgrano 1053) de Comodoro Rivadavia desde las 21:00, con entrada a un valor de $5.000. Para adquirir las anticipadas, los interesados pueden comunicarse al 287-4014298.

Guillermo Roldán, oriundo de Capital Federal, es el fundador de esta agrupación y reside en Puerto Madryn desde hace dos años. Toca en el circuito del jazz y de la música improvisada desde hace 28 años y tiene tres discos editados, además de participaciones en otros álbumes. En Madryn, dio el concierto por el Día Internacional del Jazz de 2022, mientras que en 2023 abrió el Festival Madryn Jazz.

Este proyecto patagónico lleva dos años y fue reconocido por el extinto Ministerio de Cultura de la Nación y el INAMU. Además, Roldán participó en festivales como “Guitarras del Mundo”.

“Hay mucha necesidad, tanto nuestra como del público, de escuchar música en vivo que tenga proyección, integridad y trabajo, como es el proyecto que voy a estar presentando por primera vez en Comodoro Rivadavia”, aseguró, y recalcó: “entablé conversaciones con un tipo muy generoso como Nicolás Mattano, que está brindando todo para que vayamos allá. Da mucho gusto cuando un privado está a la altura de las circunstancias y nos convoca”.

UNA VIDA LIGADA AL JAZZ

Guillermo Roldán abrazó al jazz y a su instrumento desde muy temprana edad. “Toco el bajo desde los 15 años. Ya desde niño, la frecuencia me gustaba, me quedaba escuchando los bajos en las películas. Me llamaba mucho la atención el ritmo. También miraba ‘La Pantera Rosa’, ‘Fantasías animadas de ayer y hoy’”, recuerda, haciendo alusión a la musicalidad jazzística que incluía, por ejemplo, “La Pantera Rosa”.

“Me llevó un tiempo darme cuenta por qué me había conmovido tanto la música improvisada, el jazz como lenguaje y el jazz como concepto”, reconoce, y se va mucho más atrás en el tiempo: “Mi papá escuchaba Louis Armstrong cantando en castellano, cuando salíamos a pasear. Me gustaba cómo cantaba Armstrong”.

Pasaron los años y se convirtió en un músico marcado por muchas experiencias, muchas de ellas gratísimas, como su paso por Salgado y Asociados. “Tuve la oportunidad de formar parte de un grupo maravilloso, del lamentablemente fallecido trombonista y armonicista Francisco Salgado. Se llamaba Salgado y Asociados, y con ese grupo editamos dos discos. Fue algo soñado”, evoca.

CAMBIO DE AIRE Y DE FORMATO

Luego de la pandemia, Guillermo decidió mudarse desde Capital Federal a Puerto Madryn y formar una banda con bajo, guitarra y batería. Asimismo, continúa dictando clases.

“El objetivo es que los músicos que quieran estudiar el instrumento y la improvisación, lo puedan hacer de manera presencial y de manera virtual, contactándome por Instagram a @guillermoroldanbajista. Tengo la fortuna de hacer esto como un trabajo y tener bastante. Deseo que la Patagonia sea un lugar de referencia, por lo exponencial y por la cantidad y calidad de músicos que estemos haciendo esto”, enfatiza.

Al arribar a la ciudad balnearia, conoció al guitarrista Pablo Chávez, oriundo de Caleta Olivia, y al baterista Matías Chan, quien estuvo en la banda hasta hace muy poco. Actualmente, a cargo de los parches está Joaquín Novoa, de Puerto Madryn.

Desde el nacimiento del trío, el objetivo siempre apuntó a un alcance federal. “Lo que quiero con este proyecto patagónico, es que vayamos a todos los puntos del país, y que esto empiece a suceder con todos los proyectos que me involucran, como así también con todos los proyectos que hay en el país”, asegura.

IMPROVISACIÓN Y RUPTURA DE PREJUICIOS

Para Roldán, “la naturaleza de esta música es la improvisación, el aquí y ahora, pero también el trabajo de las melodías, que son el punto de partida de la proyección improvisatoria”, por lo cual considera que el jazz va mucho más allá de la erudición musical.

“Me interesa mucho transmitir y romper el mito de que el jazz es solo música para entendidos, que resulta ser un concepto elitista para escuchar música. Es como si para ir a comer una milanesa tendría que ir con Francis Mallman, o como si para jugar al fútbol tenés que ir con Ángel Cappa. Eso no tiene nada que ver con el concepto de ir a escuchar la experiencia”, argumenta.

En ese sentido, explica: “hay mucha gente que escucha rock, que escucha metal, y viene a los conciertos y te dicen ‘nunca escuché jazz y me volaron la cabeza’. Está buenísimo romper prejuicios sobre el jazz y lo importante que es escuchar este tipo de música en vivo, porque no se repite nunca nada. Ese es el desafío y la aventura de la música que tocamos, siempre llevar algo nuevo a cada concierto y ponerlo sobre la mesa”.

Y para el final, deja una reflexión para tener muy en cuenta a la hora de hacer valer el esfuerzo propio: “hay muy buenos instrumentistas, muy estudiosos, pero muchas veces están en tributos y faltan proyectos que se sostengan. Hay muy buenos músicos, pero muchas veces, en pos de tocar, los boliches prefieren que hagas tributo, a que toques tu propia música. Hay que tocar la música que a uno lo compromete. Tiene que haber una búsqueda. Una visión honesta, te va a resultar novedosa y cautivante”.

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